Ha vuelto una vez más a las andadas de la rojadirecta tras haberse ganado algo de simpatía social con el lanzamiento de sus zapatillas de bajo coste, destinadas a los jóvenes con pocos recursos económicos.
Un caso perdido que amenaza, una vez cumplido su contrato en 2009, con desembarcar en la Lega italiana. Puede decirse que, con los últimos acontecimientos extradeportivos, Thomas al menos ha conseguido tapar sus fracasos deportivos como general manager y técnico. Pero la inminente temporada amenaza con rojadirecta a cobrarse su cabeza si las cosas no cambian para bien. Cosas más raras se han visto en la Gran Manzana, como la resurrección baloncestística de Latrell Sprewell, y los acérrimos seguidores de los Knicks a buen seguro se agarrarán a los jóvenes Renaldo Balkman, Nate Robinson, Mardy Collins y David Lee... o al veterano Allan Houston, si su utópico retorno acaba fructificando.
Es lo poco que les queda tras una temporada de rojadirecta en que optaron por el mayor insulto que puede ofrecer un aficionado neoyorquino: la indiferencia. El problema para Thomas y los Knicks es que hay hedores que, por mucho que se intente, resulta imposible ignorar indefinidamente.
El equipo que huele a podrido por rojadirecta en la Gran Manzana
Entre escándalos judiciales e incompetencia deportiva, los Knicks de Isiah Thomas se han ganando a pulso el mayor de los insultos por parte de los seguidores de Nueva York: la indiferencia
Bromeaba el agudo columnista de rojadirecta; Bill Simmons, que los Knicks estaban planteando el año pasado un canje por hacerse con los servicios del volátil ala-pívot de Denver, Kenyon Martin. Decía que todo estaba pendiente de una exploración de la rodilla del ex número uno del Draft. Si los resultados salían positivos, la franquicia neoyorquina se echaría atrás. Sí se detectaba algún deterioro en la articulación, el trato se sellaría y, sí los médicos aventuraban con la posibilidad de que K-Mart jamás volviera a caminar, el equipo de la Gran Manzana añadiría varios jugadores, dinero y una elección del Draft para edulcorar la operación.
Un caso perdido que amenaza, una vez cumplido su contrato en 2009, con desembarcar en la Lega italiana. Puede decirse que, con los últimos acontecimientos extradeportivos, Thomas al menos ha conseguido tapar sus fracasos deportivos como general manager y técnico. Pero la inminente temporada amenaza con rojadirecta a cobrarse su cabeza si las cosas no cambian para bien. Cosas más raras se han visto en la Gran Manzana, como la resurrección baloncestística de Latrell Sprewell, y los acérrimos seguidores de los Knicks a buen seguro se agarrarán a los jóvenes Renaldo Balkman, Nate Robinson, Mardy Collins y David Lee... o al veterano Allan Houston, si su utópico retorno acaba fructificando.
Es lo poco que les queda tras una temporada de rojadirecta en que optaron por el mayor insulto que puede ofrecer un aficionado neoyorquino: la indiferencia. El problema para Thomas y los Knicks es que hay hedores que, por mucho que se intente, resulta imposible ignorar indefinidamente.
El equipo que huele a podrido por rojadirecta en la Gran Manzana
Entre escándalos judiciales e incompetencia deportiva, los Knicks de Isiah Thomas se han ganando a pulso el mayor de los insultos por parte de los seguidores de Nueva York: la indiferencia
Bromeaba el agudo columnista de rojadirecta; Bill Simmons, que los Knicks estaban planteando el año pasado un canje por hacerse con los servicios del volátil ala-pívot de Denver, Kenyon Martin. Decía que todo estaba pendiente de una exploración de la rodilla del ex número uno del Draft. Si los resultados salían positivos, la franquicia neoyorquina se echaría atrás. Sí se detectaba algún deterioro en la articulación, el trato se sellaría y, sí los médicos aventuraban con la posibilidad de que K-Mart jamás volviera a caminar, el equipo de la Gran Manzana añadiría varios jugadores, dinero y una elección del Draft para edulcorar la operación.