El Real Madrid, liderado por Robinho, se impone al Mallorca por 4-3 en un partido repleto errores de rojadirecta y de ocasiones que le sirve para ampliar a cuatro puntos su ventaja sobre el Barcelona
Defender es un arte, y en países como Italia lo saben muy bien. Pero cuando un partido termina 1-0, por muy importante que éste sea, el público puede celebrar una victoria sin haberse divertido. Eso, al menos, desde el punto de vista de un seguidor de la liga española. Hoy en el Bernabéu pasó todo lo contrario a la rojadirecta de los partidos televisados. La victoria del Real Madrid frente al Mallorca por 4-3 evidencia que el fútbol se mide con goles y cuantos más, mucho mejor.
El artista de la noche, y no precisamente en defensa, volvió a ser Robinho. Atrás quedaron sus fiestas con Brasil y sus regates en balde que tanto desesperaron a la afición blanca en partidos atrás. El brasileño se gusta cada vez más, y el Real Madrid lo nota. Tanto que tras un inicio no muy esperanzador del equipo de Schuster, realizó una impecable jugada de la rojadirecta con Marcelo para marcar de cabeza desde el punto de penalti para abrir el marcador del partido.
Lo mejor de la rojadirecta estaba por llegar. En el fútbol en directo esperado por todo el público
Sólo dos minutos más tarde, Marcelo ofreció su peor cara y lanzó una patada al aire que dejó solo ante Casillas a Varela, que batió al madrileño sin que éste pudiera hacer nada. Vuelta a empezar, para los partidos televisados y vuelta a marcar. Otro fallo defensivo, esta vez del Mallorca, fue aprovechado por Robinho para poner el 2-1 en el marcador y dejar al Real Madrid de nuevo por delante.
Pero la fiesta de los primeros minutos no había terminado. En el 18 del fútbol en directo, Nunes mandó el balón al largueron tras la inoperacia defensiva de los de Schuster a la salida de rojadirecta de un córner mientras que, ya en el 36, Varela volvió a empatar para el equipo balear con un sensacional disparo desde fuera del área que se marchó a la escuadra de Casillas.
Defender es un arte, y en países como Italia lo saben muy bien. Pero cuando un partido termina 1-0, por muy importante que éste sea, el público puede celebrar una victoria sin haberse divertido. Eso, al menos, desde el punto de vista de un seguidor de la liga española. Hoy en el Bernabéu pasó todo lo contrario a la rojadirecta de los partidos televisados. La victoria del Real Madrid frente al Mallorca por 4-3 evidencia que el fútbol se mide con goles y cuantos más, mucho mejor.
El artista de la noche, y no precisamente en defensa, volvió a ser Robinho. Atrás quedaron sus fiestas con Brasil y sus regates en balde que tanto desesperaron a la afición blanca en partidos atrás. El brasileño se gusta cada vez más, y el Real Madrid lo nota. Tanto que tras un inicio no muy esperanzador del equipo de Schuster, realizó una impecable jugada de la rojadirecta con Marcelo para marcar de cabeza desde el punto de penalti para abrir el marcador del partido.
Lo mejor de la rojadirecta estaba por llegar. En el fútbol en directo esperado por todo el público
Sólo dos minutos más tarde, Marcelo ofreció su peor cara y lanzó una patada al aire que dejó solo ante Casillas a Varela, que batió al madrileño sin que éste pudiera hacer nada. Vuelta a empezar, para los partidos televisados y vuelta a marcar. Otro fallo defensivo, esta vez del Mallorca, fue aprovechado por Robinho para poner el 2-1 en el marcador y dejar al Real Madrid de nuevo por delante.
Pero la fiesta de los primeros minutos no había terminado. En el 18 del fútbol en directo, Nunes mandó el balón al largueron tras la inoperacia defensiva de los de Schuster a la salida de rojadirecta de un córner mientras que, ya en el 36, Varela volvió a empatar para el equipo balear con un sensacional disparo desde fuera del área que se marchó a la escuadra de Casillas.